Resurgir, aprendizaje, vivencia, reunión.

De pronto surge una reunión, un llamado. Acepto la invitación y al lograrse el encuentro, reconozco algo diferente en el ambiente.
Intento percibir, pero no es muy claro, de algún modo siento a mas personas y no logro identificarlas.

El tiempo transcurre, después de unas horas, algunos se han sumado. Ya oscureció, los últimos rayos del sol dejaron el cielo hace unos instantes, la noche nos abraza.
Me entrego a una sensación, la conciencia lenta y constantemente va moviéndose hacia otro estado.

De pronto, una convicción, un saber cristalino aparece, se lo que tengo que hacer o mejor sería decir que alguna parte de lo que soy sabe que hacer. Sin dudarlo me entrego nuevamente y pongo manos a la obra. Algunos minutos después, todos hemos experimentado una “sacudida energética”.

Ese ajetreo experimentado generará en cada individuo un efecto particular. En mí, se reafirma la convicción de no volver a evitar hacer lo que el viento me dice. Continúo haciendo simplemente desde el cuerpo.

Una vez mas, el ave fénix resurge de las cenizas.