Caramba! Me he dado cuenta de algo importante, hace un tiempo ya que no me tomo un momento para hacer nada y estar conmigo.
Una vez más la soledad e inmensa quietud de la medianoche me llaman a calmar la mente, bajar la intensidad con la que fluyen los pensamientos y estar, nada más y nada menos, en el presente.
Inmediatamente la toma de conciencia se siente en todo el cuerpo como una especie de calidez muy tenue. La respiración también se modifica “por arte de magia” haciéndose mas lenta y profunda. Los músculos de los brazos y piernas se aflojan y sueltan tensiones. Finalmente cierro mis ojos y observo.
La luz comienza a llegar desde arriba, de un color blanco intenso brillante y a la vez opaco. Se siente fresca y nueva parece abrirme desde el centro hacia afuera como un chorro de agua derritiendo hielo. Todo se transforma en luz blanca, mi contorno desaparece pero sigo consciente de mi mismo. Una especie de “Algo/Alguien” me muestra personas que conozco, les agradezco todo lo que me han enseñado y las suelto completamente. Se cortan los lazos y estoy completamente libre.