Hay un instinto de ser. Va mas allá del instinto de supervivencia, y aún así tiene aspectos de alguna parte animal.
Ese instinto tal vez sea el que hace que miremos apasionadamente la luna, perdiéndonos en algún tipo de viaje...
Quizás sea esa sensación instintiva la que nos hace ser un poco mas locos que la mayoría, o simplemente diferentes. Será que eso es parte de nosotros desde siempre? Cómo es que algunas personas logran ignorar a tal punto estos aspectos, que hasta dicen desconocerlos?
El vacío mismo nos golpea cuando algo en nosotros se detiene. La forma de vivir nos va llevando a que se detenga cada vez mas seguido esa porción de nuestro ser, y así nos vamos haciendo mas familiares con esos encontronasos donde nos enfrentamos al vacío.
Se hace mas ténue el cambio de estado, cada vez mas habitual y aunque seguimos sintiendo su golpe ya no nos estremece como antes. Entonces... Donde vamos? Que el infinito mismo lo diga, en el momento que nuestra voluntad sincronice con él.