Corro, corro y sigo corriendo. Cada paso que doy me aleja de mí, continúo y cada vez más metros dejo detrás, mas lejos de mí estoy.
Miro mis pies, parecen llevar una danza hipnotizante, elevo la vista y es entonces cuando aparecen las fibras ante mí. Las veo saliendo desde mi centro, se extienden proyectándose hacia adelante, como garras o tentáculos con los cuales me impulso mas y mas. Semejan las patas de una araña, todas hacia adelante en lugar de a los lados como en el insecto. Gano velocidad y ya no estoy ahí, muy lejos quedó mi conciencia habitual, solo soy testigo de lo que sucede, solo lo veo mientras mi cuerpo continúa corriendo.