De pronto, los huesos comienzan a verse muy blancos, con un color de intensidad y brillos muy altos.
Desde la articulación del codo hasta el extremo de los dedos de la mano y en esa dirección, fluye una energía. Atravesando el recorrido como si los huesos fueran huecos, como túneles.
Quizás lo mas llamativo de todo esto, fue el hecho de estar viendo pero sin percatarme de ese ver. En un momento determinado reaccioné y me di cuenta que ese ver podría haber pasado sin que lo haga consiente.
Tal vez eso nos pasa a menudo. Y no somos capaces de ver lo que en realidad estamos percibiendo.
0 comentarios:
Publicar un comentario