Plena temporada de vacaiones, yo volviendo a la rutina luego del receso y en varias oportunidades siento el impulso de pasar por tu casa y hablar un momento. No lo hago, algo me dice que aún no volviste.
Pasan los días convirtiéndose en semanas y ayer te llamé por teléfono llevándome una gran sorpresa al enterarme que ese mismo día por la mañana habías regresado a la ciudad. Acordamos que pasaría por tu casa al salir del trabajo y así fué.
Mientras hablamos sentados sobre un escalón en la vereda pasaban muchas cosas, pero particularmente dos de ellas me resonaron más. A medida que transcurría la charla algo como una bomba o un generador dentro de mi interior se puso en funcionamiento, borrando el cansancio y llenándome de bienestar. Al mismo tiempo que sucedía eso, pude notar como mi energía y la tuya se fusionaban creando algo nuevo, una tercera cosa que no solo era la suma de nuestras energías sino algo más.
Se aproxima el fin de semana y algo me dice que vamos a continuar intercambiando cosas.